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Blog: "Una experiencia multidimensional", en Francia

Soy Kendy Boisrond, estudiante de quinto año en Ingeniería Comercial en Economía -prosecuciones de estudios- de la USACH, y me encuentro en Francia realizando un intercambio en Aix-Marseille School of Economics, específicamente en la ciudad de Marsella.
 
Estudio mi carrera en modalidad vespertina en nuestra institución, y en paralelo estuve trabajando como analista de datos en Chile. Estos últimos años fueron muy intensos para mi, por ello quería salir de mi rutina con la idea de realizar algo distinto y enriquecedor. En este contexto, el intercambio me llegó como un anillo al dedo, y me dio la oportunidad de terminar mi último semestre de carrera en el exterior y tener una experiencia multidimensional. 
 
Después de trece horas de vuelo, la ciudad de Marsella me dio la bienvenida. Y no te preocupes que yo voy a ser tu guía, aunque no te aproveches tanto porque aquí en Francia el tiempo de la gente vale oro y se asume que estando el país ya sabes todo… Mira alrededor, hay gente de distintas características, se escucha el idioma francés con distintos acentos, pero también dialectos y otros idiomas conocidos. La vestimenta es otro rasgo que te hace sentir que Marsella es una ciudad multicultural, ya sea en las calles o el entorno universitario. Incluso, la gente confiesa abiertamente su fe y cultura.     
 
Marsella es muy chica, casi todo se concentra en el centro de la ciudad y sientes como si en todas partes te conocieran. Al tomar el tren te das cuenta que la distancia era caminable sin gran esfuerzo hasta por mi abuela de 85 años. A unos kilómetros está “Le Vieux Port” o puerto viejo en español, que, según la leyenda, es en ese preciso lugar nació esta ciudad. Si caminas un poco más se puede observar el mar lleno de barcos, donde la antorcha de los Juegos Olímpicos 2024, que llegó desde Grecia, tuvo su primera parada antes de llegar a su destino final en París, la ciudad de luz. 
 
En tiempo récord debía adaptarme al estilo del sistema educativo francés y, sobre todo con el ritmo de las clases, puesto que un 30% de mis ramos es a nivel de pregrado y el 70% en máster. Lo entretenido es que así puedo conocer ambas estructuras académicas y el funcionamiento de las facultades, además de compartir con compañeros de distintas miradas, culturas y niveles académicos.
 
También tuve la oportunidad de estudiar en los idiomas francés e inglés, practicando todos los días con mis pares. Pero lo complejo es que no hubo descanso real para mí, porque los tiempos de recesos académicos de estas facultades no cayeron nunca a la misma fecha. Sin embargo, el deporte como incentivo académico que pusieron en la malla curricular me ayudó en lo emocional, superando la ansiedad y el estrés. Hablando de actividad física, ¿te parece bien si recorremos algunas actividades deportivas juntos? 
 
El Velódromo, por ejemplo. Este estadio fue la casa de Alexis Sánchez en Marsella y en realidad los fanáticos aún tienen mucho cariño por el tocopillano… Hasta pifiaron a Mbappé mientras cantaban una bonita canción hacia el delantero chileno en el partido amistoso entre Francia y Chile del pasado 26 de marzo.
 
Al compartir con muchos estudiantes y de distintas culturas, uno empieza a involucrarse en actividades en las que quizás no había interés antes. En mi caso, por ejemplo, las caminatas y el hecho subir cerros muy altos se hicieron más frecuentes y aunque al final del día uno se siente agotado, qué bien le hace al alma.    
 
Para finalizar, es bueno señalar dos cosas para aquellas personas que quieren realizar un intercambio a Francia. Primero, es un país bastante burocrático. Hay documentos que te solicitan u otros mecanismos que me parecieron incoherentes al momento de realizar algunos trámites. Eso podría tenerte todo el semestre sin poder conseguirlos, sobre todo si no eres de la zona europea. Lamentablemente, es algo que puede consumir harto tiempo y que muchas veces no vale la pena. 
 
Segundo, para las personas ansiosas, es necesario tener mucha paciencia al esperar las notas finales de sus ramos. En la práctica, todo se entrega al final del semestre acá, por lo tanto hay que confiar en uno mismo hasta la resolución del jurado académico, como fines de junio. 
 
Por último, pude apreciar que durante mi intercambio en Francia las dimensiones fueron diversificadas y múltiples, con una fuerte tendencia multicultural, una naturaleza palpable a través de su flora, fauna y las arquitecturas típicas europeas. La principal conclusión para mí, es que un aprendizaje sumergido entre varias culturas siempre aporta valor en términos de desarrollo personal, profesional y hasta puede ayudar a transformar el carácter.  
 
Instagram: @keny_rond