Se encuentra usted aquí

Blog: "Intercambio en la tierra de los pitufos", en Bélgica

 
¡Hola! Me llamo José Manuel, estudiante de 5º año de Administración Pública e hice mi intercambio en la Université Libre de Bruxelles (ULB), campus Solbosch en Bruselas, Bélgica. Les comentaré sobre mi experiencia en este país, hogar de los pitufos, las papitas fritas y los wafles. 
 
Para hacer el intercambio en esta universidad tienes que hablar francés, hay algunos cursos que están en inglés, pero la mayoría en francés. Escogí esta universidad porque quise mejorar mi francés y adentrarme en las instituciones europeas, considerando que es sede de la Unión Europea. 
 
La calidad de vida en Bruselas es súper buena, el transporte público funciona perfecto (si eres estudiante obtienes una tarjeta con una rebaja para utilizarlo), los servicios de salud públicos también lo son, tuve que visitar un par de veces el hospital y siempre me recibieron de buena manera, quizás porque notaban que yo intentaba expresarme en francés. La Grand-Place de Bruselas es de las plazas más lindas que existe en el mundo, es un lugar que está lleno de energía y visitantes todos los días de distintas partes del mundo. Bruselas es una ciudad multicultural y si no sabes hablar francés no te preocupes, porque todos hablan inglés. 
 
La ULB tiene sus propias residencias para estudiantes, pero por lo general están siempre ocupadas por estudiantes que no son de intercambio y que, por lo tanto, realizan sus estudios ahí de manera regular. En este caso la universidad recomienda a sus estudiantes buscar alojo en una página web llamada Housinganywhere, en esta página encontré la actual residencia en la que me estoy quedando, una casa ubicada en Saint-Gilles a unos 25 minutos aproximadamente a pie del campus de Solbosch. 
 
Estos 6 meses han sido excesivamente enriquecedores, mi mayor motivación era mejorar mi francés, pero existía un miedo porque evidentemente iba a hacer un doble esfuerzo por aprender y estudiar en otro idioma. De todos los universitarios que realizaban su intercambio en la universidad, otra persona y yo éramos los únicos latinos, y ni siquiera estudiábamos la misma carrera, por lo que no tuve muchas oportunidades de hablar español. Si bien había personas que eran españolas, la mayoría de las personas hablaban en francés o en inglés, en mi caso, hacía el francés en la universidad y, en algún otro contexto, el inglés. Algo que podríamos considerar quizás como negativo es el precio de las cosas, Bruselas es una ciudad cara. Divertirse es caro.
 
Las clases que tomé estaban en francés. 4 ramos en francés y uno en inglés. Los profesores son de distintos países, por lo que perfectamente puedes encontrarte con alguien que hable español. Las clases eran en auditorios para 80 estudiantes, aproximadamente. Los profesores hablan con un micrófono y las pausas dependen de los profesores, hay algunos que dan 5 minutos y otros que simplemente no hacen tiempo para el recreo. La universidad es exigente, y los profesores lo hacen saber a la hora de poner notas: tienes que saber ordenar tus tiempos, porque perderte unas horas de estudio te aseguro que hace la diferencia.
 
Quizás lo que más me llamó la atención fue lo tarde que se hace de noche y lo temprano que amanece. La noche es súper corta en verano. El clima es nubloso casi siempre, algunos días puede haber sol, pero por un poco rato, pues Bruselas es una ciudad gris. Ahora mismo estamos en verano y puedo contar con los dedos de mi mano los días que hemos tenido un poco de sol. 
 
Me quedo con una muy buena experiencia, me voy con un tercer idioma aprendido y con ganas de seguir adelante. Si tienes alguna duda sobre la universidad, puedes escribirme.
 
Instagram: @Ic3_b3rg_