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Blog: “Kleine Sonnenblume", en Karlsruhe, Alemania

¡Hola! Aquí Flor, estudiante de Ciencia de la Computación que escribe esto mientras disfruta del sol en los pastos del Karlsruher Schloss después de clases en el KIT, en Alemania. Tantas cosas que contar y tan poco espacio. Les quiero hablar un poquito de lo que ha sido mi vida en Karlsruhe, una ciudad cerca de la frontera con Francia, y de mi experiencia en general.
 
Un intercambio a otro país no es fácil, en especial si hablan un idioma que no dominas. Pero les puedo asegurar que es una de las experiencias más maravillosas de la vida, porque al menos en mi vida lo es. Y no crean que es imposible hacer amigos porque, siendo yo una persona increíblemente tímida, he conseguido hacer los amigos más maravillosos y conocido gente que siempre voy a estar agradecida de conocer.
 
Bueno, primero les quiero contar mis primeros choques culturales. Bicicletas. Hay bicicletas en todos lados, en TODOS. Karlsruhe es una ciudad pequeña y casi todos sus habitantes se mueven en bicicleta, desde los niños hasta los abuelitos. A la hora del almuerzo en la universidad hay un mar de bicicletas, a veces no puedes avanzar de tantas bicis, y en las residencias vas a ver cientos de bicis esparcidas por todos lados.
 
El idioma. Estuve en clases intensivas de alemán por un par de meses antes de venir e incluso con eso me costó poder entender y hablar alemán con alemanes por unas buenas semanas. Pero tranquilos, la mayoría de los alemanes saben inglés. El costo. En Alemania las cosas son caras y la comida se vence muy rápido. Puedo comprar una palta o un tomate en el supermercado y a los 3 días ya se pudrió. Tuve que aprender “a la mala” a no comprar tanta comida, porque siempre terminaba botándola, y la plata que no sobra, que digamos.
 
El choque más impactante para mi fueron las clases en la universidad. En los cursos que tomas solo tienes 1 clase a la semana ¿Exámenes? Todos son a final del semestre y, dependiendo del curso, podrías tener solo 1 examen que hacer para aprobar. Y son exámenes orales. Cuando es periodo de exámenes la biblioteca del KIT siempre está llenísima de estudiantes, incluso a las 2 am, porque la biblioteca está abierta las 24 hrs. ¿Tienes hambre? Vas al -1 y te tomas un cafecito y un pancito de máquina, regresas a tu silla y puedes ver la hermosa ciudad por las ventanas o a los estudiantes en sus bicis o caminando.
 
Y otra cosa, EL FRÍO. Cuando llegué a Alemania en septiembre todavía no comenzaba el invierno, pero yo me congelaba hasta los huesos, a veces estaba en mi cuarto en mi residencia y unos amigos tocaban a la puerta y se reían de lo abrigada que estaba, yo orgullosa con mi bufandita y gorrito mientras ellos hasta con poleras mangas cortas estaban. En serio, el frío fue mi peor enemigo por muchos meses y tuve que comprar ropa porque la que traje de Chile no era suficiente, pero salía un poco el sol y salen los alemanes bebiendo cervezas, tomando el sol en los jardines del Schloss.
 
Y hablando de residencias, si van a hacer un intercambio busquen bien donde quedarse. Si hay residencias universitarias y tienen que postular en cierto periodo de tiempo, pero no tienen todos los papeles háganlo igual, solo indiquen que les falta cierto papel y después lo envían. Porque si no, van a estar como yo, que en este periodo de 7 meses que llevo aquí me he cambiado 3 veces de residencia. Y también, vean las distancias entre la casa y la universidad. No sean como yo, de nuevo, que vivía a 3 ciudades de distancia de la universidad en mis primeros 4 meses, hasta que después pude mudarme a una residencia a 5 minutos caminando de la universidad.
 
Creo que lo primero que me pregunté cuando estaba a inicios de mi intercambio fue ¿Voy a poder hacer amigos? Soy una persona muy tímida y me cuesta hacer amigos, sinceramente me había resignado a que iba a estar sola, pero para mi gran sorpresa encontré el mejor grupo de amigos que pude haber pedido. Y los conocí en los eventos que hacía un grupo de la universidad para los estudiantes de intercambio. Siempre vayan a estos eventos, si quieres conocer gente, pasar un buen tiempo y hacer amigos estas siempre son las mejores oportunidades. 
 
He hecho amigos de varios lugares, México, Colombia, Francia, India, Finlandia y la lista sigue, y es genial poder comparar culturas y poder conocer la cultura de otras personas. ¿Y los viajes? Desde Alemania es bastante fácil viajar a otros países. Solo por 12 euros puedes ir a una ciudad fronteriza en Francia en tren, además de que hay muchos viajes baratos en avión por una aerolínea low cost. Yo misma compré un vuelo a Valencia a solo 8 euros.
 
Pero claro que no todo es color de rosas, admito que había muchos días en los que solo quería llorar, extrañaba a mi familia, amigos, no entendía las clases en alemán de la universidad y otras cosas. Pero ahí es cuando los amigos que te haces te acompañan, y si no, solito se levanta uno. Un paseo por la ciudad, escuchar música, pedalear hasta perderte, todo sirve, porque son 6 meses a 1 año en los que uno está “solo”. Y son en estos momentos en que aprendes a llevar esa soledad de la mejor forma que se te ocurra, la mía era hacer caminatas largas por el bosque que estaba atrás de mi casa y después ya sentí la confianza de hablar con los amigos de aquí. Salir de tu zona de confort no es fácil, pero el intercambio te enseña a la fuerza a salir de esta, y es algo que te va a servir para toda la vida. Como dice mi mamita: Si te sientes cómodo es momento de buscar otro lugar a donde ir. 
 
Otra cosa, nunca tengan miedo de pedir ayuda, ya sea a un profesor, a tu supervisor o a tus propios amigos, incluso si crees que son cosas sin importancia, porque no lo son, créanme. Una vez me estaba sintiendo mal en una cena con mis amigos, y aquí en Alemania es muy extraño el ir a una consulta médica (sigo sin entender cómo funciona después de meses) y no quería ir al hospital, pero mis amigos a las 11 de la noche me llevaron al hospital igual de urgencias y me esperaron hasta las 4 de la mañana a que saliera. Si ellos no hubieran insistido en llevarme no sé qué tanto hubiera empeorado mi situación.
 
Con esos mismos amigos he viajado a tantos lugares, Italia, Austria, Francia, Portugal, República Checa y muchos más que nos faltan, pero viajar en solitario también es una opción, tu eres tu mejor compañía muchas veces. Con ellos estudiamos juntos, cocinamos, jugamos, me ayudan con mis mudanzas (en serio, en serio busquen bien donde vivir), etc.
 
En fin, hay muchas cosas que me gustaría contar y recomendar, pero creo que ninguna de las cosas que diga se podría comparar a lo que ustedes experimenten cuando decidan vivir esta aventura.